Desde hace algún tiempo, y más hoy en día, hemos escuchado hablar de Agile HR, Agilidad en Recursos Humanos (RRHH), Metodologías Ágiles para RRHH y similares. Además, encontramos muchos talleres y cursos que nos ofrecen introducirnos a este nuevo mundo ágil. Al escuchar este término, lo primero que podríamos pensar es que tiene que ver con responder con mayor agilidad o rapidez a las necesidades de la organización. Sin embargo, ¿es solo eso?, por responder más rápido, ¿ya trabajo de forma ágil? La respuesta es no. Primero veamos de dónde nace el término.
Esta palabra inglesa “Agile”, que en castellano puede entenderse como agilidad, agilismo o metodología ágil, surgió en el 2001 como un enfoque para hacer más eficiente el desarrollo de Software. Es así que en ese año se reunieron destacados desarrolladores de Software y elaboraron el Manifiesto Ágil, el cual contiene 4 premisas. A pesar de haber surgido hace varios años, estos elementos están hoy más vigentes que nunca.
Las 4 premisas que nos presenta el Manifiesto Ágil son las siguientes:
Con tan solo leerlas, nos damos cuenta que estas premisas revolucionan la forma tradicional de trabajar, y no solo en departamentos de TI, sino que son aplicables a todas las áreas de una organización y a la organización en general. Si bien este enfoque empezó desde las compañías tecnológicas, los grandes negocios empezaron a ver que esta forma de trabajo lograba muy buenos resultados y permitía responder mejor a los retos que traía un mundo cambiante; es así que empezaron a incorporarla en sus procesos.
No obstante, cambiar la manera de trabajar en una organización no es fácil. No se trata solo de cambiar nuestros procesos, sino que va más allá; y es cambiar la mentalidad de las personas. No es suficiente implementar nuevas formas de trabajo, sino que necesitamos que las personas estén convencidas de esa nueva forma de trabajar y la incorporen en su día a día. Es así que RRHH juega un papel fundamental en esta parte. Lo que empezó en las empresas de tecnología, hoy se está extendiendo mucho más entre todas las organizaciones como una nueva forma de trabajar y se necesita que los equipos se adapten. Es RRHH el llamado a liderar ese proceso de cambio en la organización.
Frente a este contexto de cambios, la mayoría de los equipos de RRHH enfrentan los mismos problemas y la necesidad de digitalizarse, modernizarse y ofrecer valor a la organización de manera ágil. Así, nace también el Manifiesto de Agile HR, el cual tiene 6 premisas:
Si bien no se resta valor a los elementos de la derecha, el Manifiesto de Agile HR valora más los elementos de la izquierda, ya que a través de ello se logrará desarrollar la agilidad.
Los profesionales de RRHH no solo necesitamos entender qué significa ser ágil para liderar la transformación en la organización, sino que también necesitamos incorporar la mentalidad ágil en nosotros mismos para revolucionar nuestra propia forma de trabajar. En línea con ello, la Comunidad Ágil de RRHH (Agile HR Community) hace una distinción entre dos aspectos del Agile HR: Agilidad para RRHH (Agile for HR) y RRHH para la Agilidad (HR for Agile).
Veamos qué significa cada uno:
Agilidad para RRHH hace referencia a la aplicación de la mentalidad ágil y los métodos de trabajo ágiles dentro de nuestros propios procesos de RRHH. Esto nos brindaría una nueva forma de trabajar, obteniendo la oportunidad de reinventar la forma en la que operamos y a nosotros mismos como profesionales. No necesariamente tenemos que trabajar en una organización ágil para ser un área de RRHH ágil, sino que este enfoque puede empezar desde nuestro equipo e iremos viendo los resultados positivos a nuestro alrededor conforme vayamos aplicando esta nueva forma de trabajar en nuestro día a día.
Por otro lado, RRHH para la Agilidad hace referencia a nuestro papel en dar soporte a la organización para transformarse y así pueda afrontar los retos de un entorno empresarial cada vez más complejo. Este enfoque va desde el rediseño de los espacios de trabajo, hasta el rediseño en la forma de trabajar y pensar de las personas, lo cual va a permitir enriquecer la experiencia de los empleados y permitir que la agilidad ingrese a la organización.
En resumen, el primer enfoque habla sobre trabajar con metodologías ágiles, mientras el segundo habla sobre el rol de RRHH como apoyo en la transformación de la organización hacia la agilidad. No se trata de elegir uno u otro enfoque, sino que, como RRHH, debemos adoptar esa doble función. Solo así podremos acompañar a la organización en ese cambio de mentalidad.
Los equipos de RRHH hemos ido dejando atrás el papel operativo que solíamos tener en las organizaciones, para convertirnos en socios estratégicos para el logro de objetivos. Hoy, el concepto de Agilidad en RRHH nos brinda un potencial mucho más grande para revolucionar tanto nuestra profesión, como el ayudar a nuestra organización en su transformación y a afrontar los retos que trae el entorno VUCA en el que vivimos.
No pretendamos ser un equipo de RRHH ágil de un momento otro. Este cambio toma tiempo y es poco a poco. Lo importante es conocer e interiorizar el valor agregado que este enfoque nos brinda a los profesionales y las empresas, capacitarnos para dominar las metodologías ágiles y empezar a construir con base en ello.